TERRORISMO EN LAS CALLES DE BARCELONA
La arquitectura del terrorismo es un sistema simple, sirve para dibujar el paisaje del horror entre las personas y, a su vez, otorga la posibilidad de enfrentar el afán de poder político de unos, contra el miedo y la pasividad de otros. Lo que parece obedecer a una manifestación de voluntad, no es más que la obediencia al adoctrinamiento de muchos años. La ciudad de Barcelona es un espejismo con intérpretes que se engañan, que se eluden y se atraen entre sí; por un lado, independentistas que no quieren violencia y, por el otro, independentistas violentos. Pero lo cierto es que hay un sello que los une a todos, y es el cóctel de protestas violentas que han tiznado de ceniza las calles Barcelona el día 19 de octubre, y que pasarán a la historia por el alto grado de violencia vivido.
Verdaderos grupos organizados, con un nivel de coordinación y metodología utilizada muy por encima de la violencia callejera; grupos criminales, que cumplen con los indicadores básicos de una organización criminal tal y como ha definido la Unión Europea (Enfopol, 161/1994, anexo C). Estos indicadores, entre otros, son los siguientes: colaboración de dos o más personas, distribución de tareas, actuación continuada, utilización de disciplina y control interno, empleo de violencia u otras formas de intimidación, y búsqueda de beneficio y poder.
En algún momento tenía que pasar, llevaban años sembrando esta semilla –pasada de moda– pero que ahora florece, y las preguntas que todos nos hacemos son, ¿quién va a parar toda esta violencia? ¿Y quién va a pagar todos los daños que ha sufrido la ciudad de Barcelona?
La respuesta a la primera pregunta, en contra de lo que nos venden los políticos, es que las FFCCSS, como estamos viendo, están completamente desbordadas. Policías que intentan con todas sus fuerzas moverse por las calles de Barcelona con la única finalidad de proteger las infraestructuras más importantes para la seguridad del país, tales como Delegaciones del Gobierno, Comisarías de Policía e Infraestructuras Críticas, como aeropuertos, puertos y vía de comunicación terrestres. En términos de agudeza visual, no hay duda de que los policías están continuamente parapetados detrás de sus escudos, aguantando y convirtiéndose en el “sparring” perfecto de estos animales.
Y por otro lado, la respuesta a la segunda pregunta como jurista es bien simple; se han cometido delitos de daños intencionados, delitos de atentado a la autoridad, delitos de desórdenes públicos, lesiones agravadas, delitos contra las instituciones del Estado, delitos de ultraje a España, tentativas de homicidio, delitos de terrorismo y un sinfín de delitos. Desde de la distancia, y con 14 años al servicio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, me resisto a creer que todos los violentos que vemos por los medios de comunicación vayan a pagar por ello. Es cierto que habrá detenciones, pero también lo es que FFCCSS y CNI no dan abasto para identificar a todos estos criminales, que incluso acuden de otros países que son la cuna del radicalismo en la Unión Europea, como Italia, Holanda y Grecia.
Objetivamente hablando, este zarpazo a las calles de Barcelona lo acabaremos pagando todos los contribuyentes. A la luz de estos datos, la mala noticia es que el sistema punitivo en nuestro país se ha convertido en un calendario de adviento, en el que cada vez que se abre una ventana jurídica nos enfrentamos al dilema entre lo que verdaderamente se debería castigar, y lo que finalmente se acaba castigando.
Tras la mirada inquieta de todos los que sentimos este dolor, frente al entusiasmo de la estirpe independentista, lo normal en un mundo ideal, sería que todos los radicales acabaran pagando penal y civilmente por todo lo que han hecho. Pero la triste realidad, nos empuja a un agujero negro en el que me atrevo a decir que, ni el 10 por ciento de todos estos criminales acabarán pagando por lo que han hecho. Esta cruda realidad, no es más que un secreto a voces, imperdonable para los políticos, pero real.
Sin duda, el mundo es mejor gracias a la justicia, pero el resultado de todo esto, es que una vez más la historia truculenta de sangre que va cambiando de traje y de piel se repite, y esto nos resalta en modo de Deja-Vú, a todos los que hemos vivido estos mismos actos con la banda terrorista ETA, el cual, como banda, estaba divida en dos aparatos; por un lado, el militar Kale borroka (exactamente igual que los grupos CDR y ARRAN en Catalunya) y, por otro, el aparato político BATASUNA (lo que vendría a ser Junts Per Catalunya, entre otros).
En particular, sostengo sin empacho, que estamos ante una patología de raigambre cultural que ya no tiene freno.
https://www.elmundo.es/baleares/2019/10/22/5daebc04fdddff060d8b46c8.html