UN BOZAL DEMASIADO PEQUEÑO PARA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Queremos pensar que si no les para la cárcel, les parará la vida. Un pensamiento del siglo XXI que simboliza lo que nos cuesta enfrentarnos a la realidad sin máscaras y ardides, decir la verdad sobre un problema con un trasfondo social que parece un puzzle desencajado en el que existen cientos de profesionales implicados, miles de millones de euros invertidos en instituciones con la necesidad autoimpuesta de éxito y, también, mucho pepito grillo que nos intenta convencer de una realidad paralela.
Cada vez que veo una mujer muerta víctima de violencia de género, o reducida a escombros por el maltrato psicológico de una parte de la sociedad enferma y machista, me hago la misma pregunta, ¿es suficiente el bozal que nuestro derecho penal le ha puesto a la fiera corrupia en los delitos de violencia de género?
971 sueños, 971 preguntas sin respuesta o, lo que es lo mismo, 971 mujeres asesinadas por una minoría de sociedad mediocre, víctimas de la violencia de género desde el 1 de enero de 2003 hasta el día de hoy; una cascada de muertes en manos de bestias asesinas –sus parejas o exparejas–, ésa es la realidad facilitada por el Ministerio de la Presidencia Relaciones con las Cortes e igualdad.
Nuestros legisladores en una tarea ciclópea para intentar frenar los miedos y tensiones de nuestra sociedad, con la última reforma de nuestro Código Penal en el año 2015, aumentaron los tipos delictivos más leves para transformarlos en menos graves. En concreto, se construyeron cuatro delitos y una agravante nueva, que a día de hoy tienen la consideración penal exclusiva de género, protegiendo cualquier acto que lleve a cabo el hombre sobre quien sea o haya sido su esposa, o cualquier mujer con la que tenga una relación habitual.
Pero, ¿cuánto vale cometer estos delitos?
Por ejemplo: Causar a una mujer menoscabo psíquico (menospreciarla, humillarla), o una lesión de menor gravedad (darle un manotazo en la cara), pena de prisión de 6 meses a 1 año. Romperle la nariz a una mujer, pena de prisión de 2 a 5 años. Amenazarla de modo leve, pena de prisión de 6 meses a un año. Obligarla a hacer lo que no quiere, sea justo o injusto (no dejarle ir con sus amigas) pena de prisión de 6 meses a 1 año.
El 1 de enero se cumplirán dieciséis años desde que se empezaron a contabilizar las víctimas de violencia de género en España. ¿Nos estamos equivocando con los mecanismos de control social?
Ya son 44 las mujeres asesinadas en lo que va de año, las mismas desde el año 2012 (43), 2013 (46), 2014 (44), 2015 (41), 2016 (39) y 2017 (44) en nuestro país. Un país, que intenta coser a toda prisa unas cicatrices que son para sentarse y quedarse parado pensando un minuto.
Es cierto que, aun teniendo un sistema de normas casi completo, reformas de nuestro Código Penal, la Ley Orgánica de violencia sobre la mujer 1/2004, la Ley de igualdad entre hombres y mujeres 3/2007, cientos de protocolos de colaboración con los colegios de abogados, policías, sanidad, servicios sociales, fiscalía etc., se siguen matando mujeres y las cifras no disminuyen.
Entenderán que dibujar un paraíso perfecto es imposible, pero en mi afán de hallar en los últimos casi dieciséis años de violencia de género algunas claves que expliquen ciertas zonas de sombra del presente, encuentro una única respuesta. Y es que nos hemos dejado durante muchos años una ventana abierta, posiblemente la más importante y la piedra angular que puede aportar una luz muy brillante a este problema: la educación en igualdad. Es cierto que tenemos un sistema educativo errante, pero uno de los grandes aciertos de este último año, ha sido incorporar programas piloto de implantación de esta asignatura entre nuestros adolescentes. Debemos enseñar a nuestros jóvenes que la violencia de género y la desigualdad entre hombres y mujeres debe ser una obra de teatro que no debe representarse nunca.
Bajo mi humilde modestia, nuestro Código Penal no puede achicar toda el agua que se le cuela por las rendijas del delito.
https://www.elmundo.es/baleares/2018/11/18/5bf1bbbf268e3edb4d8b4587.html